En estas últimas décadas comencé a darme cuenta que muchas cosas que pude experimentar en el mundo inmaterial se iban disfumando.
La nueva era de la “espiritualidad” comenzaba a ser un gran agente corrosivo, agente que, en vez de aclarar aguas, las enturbiaba. Llovían consignas, rituales, paradigmas…
Agente que llegaba por momentos y frente a individuos sensibles hasta hacerlos destructivos para sí mismos.
Años atrás casi nadie hablaba de lo que sentíamos y mucho menos de lo que percibíamos. Fuimos despertando a la deriva y buscábamos tener respuestas a todo ese mundo nuevo que poseíamos internamente pero que constantemente invadía el exterior de nuestra vida sin pedir permiso.
En esa búsqueda nos presentaron cursos, talleres, seminarios, maestrías de terapias holísticas. Cómo culparlos, si quien busca encuentra, conocemos la ley y hoy encontramos tanto que enfermamos de saber.
No quiero desviarme de la consigna que es simplemente
el título de mi blog:
“MaízDigital”
Por definición, maíz significa “lo que sustenta la vida”.
Y aquí, en este rincón de historias, la vida se sostiene con alma, con memoria, con preguntas... y con alas.
Te escribo como Mónica Gutmann,
pero sobre todo te escribo como alma.
Como alguien que supo lo que creía saber,
y hoy camina más liviana por haber soltado certezas.